En el año 1826, Joseph Nicéphore Niépce realizó una foto de un paisaje a través de la ventana de su casa que es considerada la primera fotografía de paisaje de la historia. El paisaje es desde entonces, el género fotográfico más antiguo y también el más tratado, quizás porque el objeto es próximo, estático, abundante y de fácil captación para los autores.
Si nos referimos a la fotografía de la naturaleza nos estamos circunscribiendo a un entorno más virgen donde no hay prácticamente intervención humana, mientras que si hablamos del paisaje caben las cosas hechas por los humanos acuñándose términos como el de ‘paisaje urbano’.
En su devenir, la fotografía de paisaje se ha abordado bajo diferentes tratamientos y maneras, adaptándose a las modas y a la cantidad de escenarios naturales y urbanos existentes, obteniéndose como resultado un extenso y variado abanico de imágenes.
Las hay que buscan una representación exacta del paisaje cotidiano (plasmación ‘realista’) con un prisma puramente estético, hasta las más conceptuales que utilizan los espacios existentes para la eclosión de nuevas ideas o la creación de universos imaginarios personales.
